Arte en Venezuela
Se considera Arte toda creación u obra que exprese lo que el hombre desea exteriorizar, obedeciendo a sus propios patrones de belleza y estética. La pintura, danza, teatro, escultura, el dibujo, la música, literatura, arquitectura, entre otras forman parte de las manifestaciones artísticas del ser humano.
El arte popular en Venezuela ha sido influenciado por diversas culturas. Entre ellas: la cultura autóctona de los aborígenes; la cultura africana, que trajeron los negros esclavos y la española, aportada por los conquistadores. Durante la época colonial venezolana la cultura fue fundamentalmente católica y patriarcal. Las manifestaciones culturales estaban asociadas a los asuntos espirituales de la población. La pintura y la música eran de inspiración religiosa y estaba al servicio del culto; la pintura ofrecía temas e imágenes sagradas como expresión gráfica, los artistas más representativos de la historia fueron: Juan Lovera, Martín Tovar y Tovar, Antonio Herrera Toro, Emilio Maury, Arturo Michelena y Cristóbal Rojas.
Existen muchos artistas venezolanos con diferentes tipos de manifestaciones, tales como Manuel Cabré, Gilberto Bejarano, Carlos Medina, Luis Millé, Tito Salas, escultores tales como Harry Abend, Francisco Narváez, Carlos Prada, Carlos Cruz Diez, Jesús Soto, Alejandro Otero.
HISTORIA DEL ARTE EN VENEZUELA
El texto de Francisco Isnardi sobre el pintor caraqueño Juan Lovera, publicado
en el periódico El Mercurio Venezolano (Enero, 1811), podría considerarse como el
primer escrito sobre arte en nuestro país. Sin embargo, la actividad artística ha sido
registrada desde tiempos coloniales en las testamentarías y comentarios de viajeros
como Francisco Depons, por lo que podríamos decir que la historia del arte en
Venezuela, se inicia, pues, con el registro del quehacer artístico antes que con el
quehacer histórico.
El arte venezolano ha dejado sus vestigios importantes
desde el siglo XVI. Si no olvidamos que las obras de arte son tanto hechos artísticos
como hechos históricos, entonces tendríamos un nutridísimo conjunto de estos últimos
que esperan –en la mayoría de los casos‐ por el investigador que les estudie más allá de
su condición de hechos artísticos.
A pesar de los escasos registros conservados desde algunos
momentos de nuestra historia del arte, los artistas –qué duda cabe‐ han asumido
posiciones, tomado riesgos, concretado proyectos, interpretado la realidad
circundante y experimentado con los elementos de expresión plástica de modo tal que
se dibujan decididamente interesantes para el historiador.

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